1.- Su diseño es persistente
Los deportivos europeos son aburridos, con diseños nuevos, demasiada tecnología y consolas plagadas de sofisticados botones. Piensan que se ha llegado al punto de que para lograr operar dicha maquinaria se necesitan los conocimientos de un capitán de Star Trek. Sin embargo los muscle cars, por el contrario, se mantienen simples, con un estilo retro, y diseño sencillo que provee al piloto de un sentido de libertad y control.
2.- Suenan mejor
Mientras los deportivos europeos suenan como una licuadora, sierra eléctrica o cortadora de césped, los muscle cars producen ese sonido característico de un V8 quemando gasolina que pone la piel de gallina, un sonido que no ha cambiado en los últimos 50 años y no tiene intenciones de hacerlo.
3.- Su precio
Con los americanos no es necesario gastar demasiado dinero por el coche de tus sueños, por ejemplo, para comprar un Chevrolet Camaro 2014 V6 de 3.6 litros y 323 HP, se necesitan ahorrar aproximadamente $24,000.00 USD, mientras que para comprar un BMW Serie 6 de 3.0 litros y 315 HP, necesitas $76,000.00 USD!!! Lo que equivale a tres Camaros! Uno para ti, uno para tu esposa y otro para tu hijo!
4.- Los puedes personalizar
Un auto europeo no tiene espacio alguno para modificaciones, mientras que los muscle cars, tienen mayor capacidad para modificar suspensión, transmisión y motor, Los puedes pintar de varios colores y se van a ver bien! No olvidemos el interior, donde se puede instalar diferentes sistemas de entretenimiento. Por otra parte, los europeos ni siquiera producen piezas para personalizar, incluso limitan los colores de sus autos. Son como cajas totalmente herméticas sin posibilidad de ninguna modificación, bueno, les puedes poner un sticker y ya.
5.- Los muscle cars tienen ese look de “Chico Malo”
Desde Burt Reynolds en “Smokey and the Bandit” con su Trans Am negro, hasta el “General Lee”, de Los Dukes de Hazzard, los muscle cars tienen esa pinta de malos, que muchos han llegado a amar, cosa que los europeos simplemente no logran.